Datos superfluos

sábado, 29 de agosto de 2009

La hibernación humana


"Durante muchos años, nosotros los psiquiatras, hemos rechazado escuchar a aquellos pacientes que nos hablaban de ese sentimiento de hibernación que les invadía desde el otoño hasta la llegada de la primevera. Veíamos en ello una metáfora de un problema psicológico subyacente o una simple depresión a tratar con medicación.
Pero los síntomas eran diferentes y, sin duda, se parecían más a la hibernación de los animales: invadidos progresivamente por un estado de letargo, dormían muchas más horas y tenían un mal despertar por las mañanas. Además muchos preferían estar solos y evitaban los contactos. Sus proyectos antes estimulantes ahora les parecían simples obligaciones, y su alimentación pasaba a ser más rica en azúcares e hidratos de carbono, como si tuvieran que almacenar las máximas energías posibles para el invierno.

La hibernación animal tiene una razón científica: el aumento de la luz estimula la pequeña glándula pineal situada en la parte trasera del cerebro y reduce la secreción de melatonina.
Nunca habíamos imaginado la cosa más simple del mundo: que los humanos podíamos estar afectados por los ciclos de la luz, tal y como les pasa a los animales.

Norman E. Rosenthal, un psiquiatra africano instalado en EE.UU mostró esta evidencia a toda la comunidad científica. Después de comprobar que las variaciones de luz afectaban a los pacientes decidió expnerlos a una luz artificial que simulara los principales cambios de la naturaleza. Los resultados fueron rápidos y patentes.
Las encuestas muestran que cerca del 30% de nosostros pierde una notable parte de su energía de octubre a marzo, y cerca del 10% de esos síntomas son suficientemente graves como para ser considerados depresión.
Nuevos estudios han demostrado que el factor estacional no es la causa de este mal. Así, numerosos pacientes han mejorado su calidad de vida con una exposición diaria de 30 minutos a la luz del día o a una lámpara que reproduzca el espectro de dicha luz."

PSYCHOLOGIES nº56


Es muy satisfactorio entender el por qué en cuanto llega el otoño me siento como si nadase en una piscina de petróleo.

1 comentario:

Señor Lobo dijo...

creo que iremos todos juntos, yo pago por volverla a ver en cine grande, me molo mashu