Datos superfluos

miércoles, 16 de diciembre de 2009

¡Ha sido niña!


Róisín ha dado a luz por fin!

lunes, 14 de diciembre de 2009

Cosas buenas de la Navidad


(Y no digo nada de los regalos porque recibirlos está muy bien pero hacerlos y acertarlos es otro cantar.)

Las estrenas que aún te da algún familiar piadoso aunque haga mil años ya desde que empezaste a catalogar estas fiestas como cursilada dorada.

La mayoría de las tiendas ponen unas alfombras rojas en las aceras por alguna estúpida razón que no va a hacer que vaya a entrar a la tienda, pero si que cuando pasee por la calle ande blandito y cómodo.

Las puertas de comercios y restaurantes se llenan de Papás Noeles bailongos tamaño niño de 9 años que depende de qué velocidad de movimiento le hayan dado puede asustarte o hacerte reír.

Acostarse pronto es guay.

Ver los anuncios de la tele es más guay aun (sobretodo en 'horario dibujitos').

Para todos los coleccionistas de Warhammer, es la época idónea para hacerte un escenario de combate que quite el hipo por cuatro duros.

La calle esta llena de unas bombillas cuya luz, al contrario de las farolas, le da a la gente un aire amable y bonachón, y además mejora la iluminación nocturna en tu calle.

Es la única época del año en la que la gente distingue un abeto de un pino.

En navidad, obviando el por qué, todos podemos tener un anuncio de perfume favorito aunque ignoremos a que huele.

Yo no me canso de ver a Kate contando una historia de 2 horas en 30 segundos.